23 dic 2009

Reflexiones en Navidad. (Lalo de los Santos)


Reflexiones en Navidad.


Navidad que sufre entre farzas y engaños,
de demonios que son santos una vez al año.
Y es así que el mundo gira enfrentando la mentira
y hasta los que inventan bombas brindan en nombre de Dios.

Y los buenos y los malos van abriendo los regalos,
el pudiente, el malviviente, el que adula, el que especula,
el que ordena, el que condena, el que miente, el que siente,
todos juntos... Cuánto amor!

Navidad de los que nos dejaron este infierno,
ya tocan las doce y cada beso es un veneno.
Y ensayando una sonrisa, se saludan en la misa
y ni siquiera Jesucristo les puede creer...

Y agotando su paciencia a ese gente sin conciencia
les pregunta por los muertos,
y se miran boquiabiertos.
Mientras tanto otro señor de ropa oscura
se excusa en vino puro, cuánto amor!

Y al hombre que murió en la cruz por no callar lo que pensaba,
le han seguido otros tantos y aún la lista no termina,
y no es necesario un templo para comprender el ejemplo...

Y para los que lo saben bien hay otra navidad,
los que creen y no olvidan, los que salen a buscar la vida,
los que viven de su trabajo, los que se hacen desde abajo,
los que tienen esperanzas y sabiendo que no alcanzan
cuando llega navidad alzan sus copas por la libertad.


Son los que gritan por la libertad,

Son los que creen en la libertad,

Son los que luchan por la libertad...



Lalo de los Santos.





Y digo yo... Dónde está Julio López???
De una vez por todas y para siempre... NUNCA MÁS.

9 dic 2009

Los exámenes que ya se vienen... Por Capussotto


LOS EXAMENES QUE YA SE VIENEN...

A vos te hablo, pebete a punto de empezar a estudiar para el parcial de mañana a la mañana...
A vos que con tal de no comprar un resaltador nuevo por amarrete te la pasás chupando ese marcador amarillo fluorescente y que ahora es un transparente mojado.
A vos te hablo, chico distraído, que resaltás sin prestar atención y al final todo el libro termina siendo una gran mancha verde (fluorescente, por supuesto).
A vos te hablo, con tu súper mini micro resumen, o sea 5 hojas de los dos lados, con letra mínima tipo para machete, flechas que traspasan hojas enteras, tachones y abreviaturas del tipo ec (economía), acum (acumulada), lit (literatura), pa (para) y otros monosílabos inentendibles que te hacen volver a la fuente original, léase 100 hojas de letra tamaño 4 escritas a máquina de escribir por aquella profe tan moderna que solo tiene 89 años y mal de alzheimer pero que se acuerda de aquella vez que le gritaste "vieja pelotuda" y rezás todas las noches para que en el final no te toque mesa con ella.

O a vos, que te la diste de vivo no haciendo un carajo en clase, cagándote de la risa de todos los que copiaban y cuando te sentaste a estudiar descubrís que tus apuntes tomados en clase son puros tatetis, mensajitos estúpidos (onda: ¿qué hora es? 9:15, ¿qué hora es ahora? 9:22) y dibujos que serían dignos de mandar a tu psiquiatra y tenes que urgentemente salir para la casa de tu compañerito traga más cercano y gastarte 10 mangos en fotocopias de sus apuntes que, obviamente no entendés porque la letra resultó ser cruza de zurdo con nene de 2 años manco.

Y a vos, que, pese a que tenes tus resumenes, tus cosas resaltadas y todo en orden, te colgás media hora pensando en EL o ELLA y que hubiese pasado si no le hubieras dicho lo que le dijiste y en su lugar le hubieras dicho lo que en primer lugar tenías pensado decirle que al final no te animaste a decir, o que llamás hasta a tus parientes que hace 20 años que tenés (léase mas o menos casi toda tu existencia) y te colgás hablando hasta con el perro con tal de no tener que memorizar las fórmulas de esa materia que te gusta tanto.

Y que te quedás pensando: Y a mi quien me mandó a ir a la facultad? Si tengo más de 18 y hago lo que se me canta? Y si me meto a cartonear? O mejor, si me tiro a ver tele y hago como si nada en la vida me importara y me convierto en una ameba desparramada por el sillón del living que lo unico que hace es comer y dormir? ...
NO NO NO NO NO NOOOOOOOOOOOOOOOOO

Te va a agarrar tu papá, tío, mamá, hermano mayor, abuela, verdulero de enfrente o el que sea que esté pagando por tu educación y te compró todas las fotocopias, libros, anillados, exámenes, lapiceras, lápices, liquid paper (y ademas te cedió, sin saberlo, el vuelto) y ademas garpó la cuota...y te va a meter el resumen, el diccionario de portugués, el libro y hasta el profesor por el culo y mientras, te hace palanca con aquel famoso resaltador que ya no sirve hasta que te llegue al cerebro y por osmosis tus neuronas absorban el conocimiento y creéme, cuando te sientes al otro día para dar el examen te va a doler mucho, o te va a dar la desesperación típica "no estudieeeeeeeee" y te quedás despierto hasta las 3 de la mañana con toda sustancia inorgánica, léase 10 botellitas de coca cola, 19 cafés, y 3 líneas de cocaína, para luego acostarte y levantarte a las 5 am para seguir estudiando hasta que el profesor entró al aula, o directamente vas a empezar a machetearte en el banco los 6 capítulos del libro, lo que se vió en clase, el trabajo grupal y los apuntes extra.

BASTA DE APURONES, BASTA DE MACHETES INCOMPLETOS, BASTA DE PADRES ENOJADOS Y FINALES EN DICIEMBRE.
Loco, media pila, estamos en la facultad, a estudiar... o por lo menos a hacerlo estudiar a tu compañero de al lado para que te haga todo el parcial, (y si no quiere que sea a punta de pistola), hay métodos mejores flaco. Después se quejan de los profesionales incapaces en nuestra república...

DETALLE CIENTÍFICAMENTE COMPROBADO DE LAS ETAPAS DE UN PARCIAL:

-DIA ANTERIOR AL EXAMEN

1.- La Paradoja del Tiempo:
El tiempo transcurre, para uno, 200 veces más rápido de lo habitual. Reza un teorema que "la velocidad de las agujas del reloj es inversamente proporcional al tiempo que resta para el momento del examen". Se cae un lápiz al suelo y al levantarlo ya pasaron 10 minutos. Una merienda con un solo café y una medialuna nos saca 45 minutos!!. Frase ícono: "¿YA LAS OCHO?"
2.- Delegación de Responsabilidades:
Se resume en una frase o síntoma que se repite y se repetirá varias veces a lo largo de todo el proceso: "¿QUIEN MIERDA ME MANDÓ A MÍ A ESTUDIAR ESTA CARRERA QUE NO SIRVE PARA UNA MIERDA?".

-NOCHE ANTERIOR AL EXAMEN:
Nota: A partir de aquí, ese fenómeno tan agradable como es "el sueño", se convierte en nuestro peor enemigo, traicionándonos (especialmente a las 3:00 AM, donde se presenta con toda su fuerza), boicoteando implacablemente con el pasar de las horas el normal funcionamiento de nuestros órganos: torpeza motriz, dificultad para hablar, pensamientos inconexos, etc. A lo cual uno recurre a antiguas y siempre utilizadas armas para este viejo enemigo: café, agua helada sobre la cabeza, azotes, pastillas, etc.

3.- Examen de Conciencia y Arrepentimiento:
En medio de una situación en que una hora vale la vida, uno comienza a recordar aquellas noches en las que se la pasó perdiendo el tiempo, mirando TV, divagando y bebiendo en algún bar, o que se fue a dormir sin sueño. Odio a uno mismo (comienza la debacle emocional y motivacional). Recuerda aquel café con leche y medialunas y/o tostadas que hoy le impide repasar la unidad 3, y aquella vez que fue a comprar aspirinas y terminó en la casa de un amigo, que será la causante de su próximo aplazo.
4.- Cambio en el Orden de los Valores y Principios Elementales:
Todos los valores que uno mamó desde la cuna, se trastocaron totalmente:
"...mi vida por una cama"
"...doy TODO por 5 horitas más"
"...pagaría lo que sea por el 6 o el 4"
"...te juro que si lo veo a ese/a profesor/a hijo/a de puta le pego un tiro en la cabeza".
5.- Incursiones Filosóficas y Metafísicas:
Con el correr de las horas, uno tiende a sacar la parte más reflexiva de nuestro ser, que en muchos casos denota graves alteraciones del estado psíquico. Se manifiesta a través de las siguientes y muy utilizadas frases:
"...uno siente que no sabe nada y va y le sale todo: el hombre es impredecible"
"...para mí, He Man era trolo"
"...¿Por qué en la vida hay que sufrir así?"
"...¿qué harías si te ganás 1 millón de dólares?"
"...¿La Mujer Maravilla era la novia de Superman?"
"...me gustaría reencarnar en una tortuga".
6.- Evasión de la Realidad:
Uno desea estar a 10.000 km. de distancia, si es posible en otra época, y si es posible, en otro planeta. (Síntoma 2, que se manifiesta con mayor intensidad)
7.- Abandono:
Nuestro verdugo, el sueño, se vuelve más implacable y casi invencible en esta etapa. Nuestro aspecto es lastimoso, similar al de Tom Hanks en Náufrago después de 2 años en la isla, y el sueño genera efectos alucinógenos de lo más confusos. De golpe, parece que las fuerzas nos abandonan y nos preguntamos y replanteamos si realmente todo este calvario y sufrimiento atroz tiene sentido. Se manifiesta a través de las siguientes frases:
"...lo que no estudié hasta ahora, no lo voy a aprender en 2 horas. Me voy a dormir"
"...esto no lo van a tomar, ¿no?"
"...váyanse todos a la puta que los parió"
"...¿quiénes son esos duendes que caminan por el techo?". (Síntoma 2 nuevamente)
Error: Nuestro enemigo, el sueño, no debe ganar. Se recomienda el uso de castigos corporales para pasar esta etapa.
8.- Caos:
En algún momento de la noche, todos los síntomas anteriores se dan en forma simultánea provocando un shock en el cerebro del estudiante que amenaza con un colapso físico y desencadena los primeros síntomas físicos, que generan frases como esta:
"...yo siempre quise estudiar periodismo"
"...¿y si me tiro por la ventana y acabo con todo esto?"
"...¿Vamos al sur?”
"...no me presento una mierda."

-HORAS ANTES

9.- Síntomas Físicos:
Esta etapa se caracteriza por los síntomas físicos, agravados por la falta de alimento, de higiene, exceso de cafeína, nicotina, alquitrán y stress. Síntomas más comunes: cólicos hepáticos, mareos, náuseas, acidez, diarrea, gases, arcadas, eructos, suspiros profundos, espasmos, contracturas musculares, tics, rigidez facial, contracciones estomacales, brotes en la piel, vista nublada, piel color amarillo claro, ceguera temporal, muerte súbita.
10.- Principio de Amnesia (no sé nada):
De golpe uno quiere hacer un fugaz repaso, y ve títulos, palabras, definiciones (inclusive escritas de nuestro puño), que uno juraría que nunca en la vida ha visto. Esto, a solo 2 o 3 horas del examen, genera nada menos que un estado de pavor y pánico incontrolables (Nuevamente síntomas 2, 3 y 6)

ENTRANDO AL EXAMEN

11.- Al Borde del Abismo:
Uno solamente quiere terminar con ese suplicio, ese calvario inhumano y cruel que lo humilla y rebaja a límites insospechados. Frases más comunes:
"...que sea rápido"
"...que esta mierda se termine de una puta vez"
"...El Señor es mi pastor, nada me puede faltar, pasar, QUE ME TOQUE EL TEMA MÁS FÁCIL!!"

EXAMEN FINALIZADO

Opción A. Aprobado: Exhausto y aliviado se va a tomar una cerveza por ese trago amargo que quedó atrás y el pronto reestablecimiento del funcionamiento psicosomático del cuerpo. Salud!
Opción B. Reprobado: Exhausto y aliviado, se va a tomar una cerveza por ese trago amargo que quedó atrás y el pronto reestablecimiento del funcionamiento psicosomático del cuerpo. Salud!

9 nov 2009

La lengua castellana es... MACHISTA!!!



*ZORRO = Héroe justiciero.
*ZORRA = Puta.

*PERRO = Mejor amigo del hombre.
*PERRA = Puta.

*AVENTURERO = Osado, valiente, arriesgado.
*AVENTURERA = Puta.

*CUALQUIER = Fulano, Mengano, Zutano.
*CUALQUIERA = Puta.

*CALLEJERO = De la calle, urbano.
*CALLEJERA = Puta.

*HOMBREZUELO = Hombrecillo, mínimo, pequeño.
*MUJERZUELA = Puta.

*HOMBRE PÚBLICO = Personaje prominente. Funcionario público.
*MUJER PÚBLICA = Puta.

*HOMBRE DE LA VIDA = Hombre de gran experiencia.
*MUJER DE LA VIDA = Puta.

*PUTO = Homosexual.
*PUTA = Puta.

*HEROE = Ídolo.
*HEROÍNA = Droga.

*ATREVIDO = Osado, valiente.
*ATREVIDA = Insolente, mal educada.

*SOLTERO = Codiciado, inteligente, hábil.
*SOLTERA = Quedada, lenta, ya se le fue el tren.

*SUEGRO = Padre político.
*SUEGRA = Bruja, metiche, etc.

*MACHISTA = Hombre macho.
*FEMINISTA = Lesbiana.

*DON JUAN = Hombre en todo su sentido.
*DOÑA JUANA = La mujer de la limpieza.

30 oct 2009

Nosotros...

Y acá vengo con los videínes...
Un GRACIAS enorme no alcanza, pero siendo las 3 y cuarto de la madrugada, espero que se conformen con eso... jajajaja

GRACIAAAAAAAAAAAAAAAAAASSS!!!!

Por ser tan pelotudos y estar tan hermosamente locos!!! jajaja

Los adoro!! Y Nu, mierda que se te extraña!!










28 oct 2009

LA TÍA HIPPIE!!! LA TÍA COPADA!!!


Mari,

Como ya sabés soy de tiro largo y la noche me pone algo melancólica, disculpá si me salgo de carril! Jajaja!!!

Estuve leyendo lo que me escribiste para mi cumple y noté que TE EXTRAÑO MUCHÍSIMO MAS DE LO QUE IMAGINABA!!


Extraño tus comentarios, tu voz, tu muecas y sonrisas, y obviamente tu risa. Extraño tus cuelgues, demostraciones de afecto, que escuches mis historias y yo escuchar las tuyas, pero sabés sobre todo que extraño... TUS ABRAZOS y TU MIRADA COMPLICE por esas locuras mías, tuyas, NUESTRAS... esas que solo nosotras logramos entender.


Fue muy bueno lo que pasó todo este año, conocerte fue maravilloso y muchísimo mas porque descubrí en vos una AMIGA, que me quiere sin importar que tan loca esté. Será por que vos también estas un poquito? NOOO!!! Jajajaja!!!!


Mari, no voy a seguir escribiendo porque sabes como me pongo y me dan ganas de salir corriendo hasta Billinghurst!!!


Gracias por todo lo que compartimos juntas, por estar siempre presente, por ayudarme, abrazarme, bancarme cuando el mundo se me vino abajo, por estar en el cumple de Almendrita y ser su tía hippie!!


TE ADORO NEGRITA!!!!! TE SIGO DANDO EH, JAJAJA!!!


Nury,-


PD: ¿TOMAMOS UNOS MATES?

2 sept 2009

Preguntas... ¿Filosóficas?

Tirada en la cama, escuchando música y buscándole formas a los nudos de las maderas del techo de mi pieza, llegaron a mí, por esa fuerza desconocida de la mente sobrecargada de material inútil, algunas preguntas que me dejaron pensando.
Dejo una lista, si es que a alguien le importa... La verdad, a mí no. Después de todo, viví 22 años, ya casi 23, con estas dudas y tantas otras, que hasta me da miedo imaginar saber alguna de las respuestas. ¿Qué pasaría? ¿Seguiré siendo yo, con mi vida tal cual la reconozco hoy? ¿O ya nada tendrá el mismo sentido?
Pero, sin embargo, creo que vale la pena darlas a conocer. Después de todo, ¿¿Quién no se preguntó estas cosas alguna vez?? ¿Aunque sea en una vasta tarde gris a la espera de un colectivo que nunca llega?

En fín, se las dejo entonces, esperando las suyas también. Dudo mucho que tenga las respuestas pero, entre preguntas, hipótesis y ocurrencias seguro tenemos nuevo tema de conversación en la próxima tarde/noche de cervezas compartidas.


- Las obvias: "¿Quiénes somos?", "¿De dónde venimos?", "¿Hacía dónde vamos?" "¿Qué hay más allá del universo que conocemos?"...

- Otras (No menos importantes...)

. ¿Confiar ciegamente es un defecto? ¿Por qué suele confundirse con ser iluso?
. ¿Por qué ser iluso está mal? ¿Acaso no viene de "Ilusión"? ¿Está mal tener ilusiones, aún sabiendo que no son más que eso?
. ¿Por qué la gente insiste en aplicar términos como "inmadurez" o "histérico/a" sin saber su verdadero significado?

· ¿Por qué Sibarita es tan rica?
. ¿Por qué es "raro" ser optimista?
· ¿Por qué el colectivo que espero nunca pasa?
· ¿Por qué el colectivo que no espero pasa veinte veces?
. ¿Por qué la gente insiste en afirmar que existe la objetividad?
· ¿Por qué ensayo en mi cabeza mil formas diferentes de decir "eso", y llegado el momento, no sé qué decir, y finalmente no digo nada?
· ¿Por qué de los 20 contactos que tengo conectados al MSN ninguno me habla? ¿Será porque en realidad, sólo conozco a los tres que no están disponibles?

. ¿Por qué no admitimos que la democracia absoluta no existe? ¿Que votar por obligación, por ejemplo, no es democracia? ¿Que los horrores que vivimos, sirven para no olvidarlos y no repetirlos, pero no como prueba de que hoy vivimos en democracia?
· ¿Por qué muchos creen que no hay salida? ¿Por qué buscan una salida, en primer lugar? ¿No es mejor enfrentar, más allá de los resultados, y no pensar después en el terrible "Qué hubiera pasado si..."?

· ¿Por qué las cosas que busco desaparecen misteriosamente? ¿Por qué aparecen cuando ya no las necesito?
· ¿Qué es realmente la justicia?
· ¿Para dónde queda el camino a la felicidad?
. ¿Por qué la historia es tan terriblemente cíclica?

· ¿Por qué insisten en que los jóvenes, por ser el futuro podemos, y tenemos, que cambiar las cosas? ¿Por qué no lo cambian los "adultos" que ya están ahí?
. ¿Por qué todavía creemos que es necesario cambiar el mundo, sin entender que el mundo es perfecto como es, y que sólo necesita de una sonrisa en tu cara?

. ¿Por qué la gente no entiende que todo sería más fácil si nos dejaramos de joder, y viviéramos en paz, sin importarnos lo que piensen de nosotros?
. ¿Por qué no entienden que para "hacer algo", no hace falta afiliarse a ninguna ONG, si alcanza con no joder a los demás?

· ¿Por qué usan agujas esterilizadas para dar inyecciones letales?
· ¿Por qué cuando me propongo hacer algo, no lo hago?
· ¿Qué es lo realmente moral? ¿Lo moralmente aceptado? ¿Quién dijo qué está bien y qué mal?

· ¿Por qué nunca me gusta como salgo en las fotos?
· ¿Por qué mi baño no está al fondo a la derecha?
· ¿Por qué en las propagandas de toallitas femeninas los líquidos que absorben son azules? ¿Se creen que todas las mujeres son de la realeza?
. ¿Por qué siguen alimentando la gran mentira que es "Los errores sirven para aprender"? ¿O sólo seré yo la que no aprende?

. ¿Por qué caminamos cuando hablamos por celular?
. ¿Por qué arrepentirse si hiciste lo que querías, más allá de las consecuencias?

. ¿Debería sentir culpa?

. ¿Por qué discuten tanto la despenalización de la marihuana, y tan poco el registro de violadores?
. ¿Por qué...? ¿¡¿POR QUÉ hay gente que sigue mirando el programa de Tinelli?!?

. ¿Por qué estoy escribiendo esto en vez de dormir?
. ¿Por qué nunca tengo ganas de acostarme, sin importar la hora que sea, lo cansada que esté, lo que tenga que hacer al día siguiente, o lo que esté haciendo ahora?
. ¿Por qué hay gente que se queja de no tener buenos amigos, si yo tengo los que tengo y no hice nada, más que vivir, para conseguirlos?

. ¿Por qué el tiempo es tan relativo y es tan distinto según tu posición en el tablero?
. ¿Por qué confundo lo que quiero con lo que necesito?
. ¿Por qué no entiendo que mientras más quiera agarrar, más se me va a escurrir por entre los dedos?
. ¿Por qué la gente habla de "perder el tiempo", si todo lo que hagas es por algo y sirve para algo, aunque sólo sea para pensar estupideces como ésta?

· ¿Por qué hay que buscarle una razón a todo?


Podría escribir mucho más, pero la última de mis preguntas lo dice todo.
Sí, pienso en toooodas estas cosas cuando no tengo nada más que hacer. Y a veces, como ahora... las escribo.

3 ago 2009

La ley de la Contaminacion

Si bien desde ya hace unos años, despues de ver un corto japones sobre la naturaleza y los espiritus naturales basado en un viaje magico sobre una joven que hacia justicia derrumbando las empresas que solo buscaban un beneficio; me hizo entender como tomamos la contaminacion y como nosotros hoy en dia vamos combatiendo.
Creo que no muchos se dieron cuenta que nada es "puro"; pensemos si todo fuera puro es decir libre de contaminacion nosotros no reaccionariamos de esta manera a ciertas infecciones o emfermedades.
La comida, los objetos, los lugares,todo abstolumente todo esta contaminado, sin embargo nosotros mismos, es decir nuestro organismo esta acostumbrado a esto, dado que cuando ingerimos algo sumamente sano o "puro" nos hace mal, y ahi es cuando decimos que aquello estaba en mal estado.
Entonces hacernos problema por algo que callo al suelo y tirarlo no es la solucion, tampoco queda bien sujetarlo o soplarlo cierto? las miradas recaen sobre nosotros si hacemos eso.
Puesto que en realidad ya estaba contaminado en si, nunca fue puro, entonces un poco de suciedad marca la diferencia ?? A menos que una explicacion cientifica nos demuestre que el 99.9% de la materia que se encuentre en el suelo sea mas dañiña que la que ya viene incorporada en la cajita de jugo por ejemplo. Reflexiones una vez mas: la cajita de jugo que solemos comprar ya contiene quimicos y demas sustancias que se incorporan al organismo: 80% sustancias quimicas -20% jugo natural; luego el envase ya contiene sustancias y es de carton cierto? y la pajita? apesar de que viene envuelta en un plastico, esté ya tiene quimicos que se dispersan y no olvidemos al noble quiosquero que saca estos envases de su envoltorio y los coloca uno a uno en la heladera; sus manos? estaban limpias? la heladera : en que estado se encontraba? y las famosas fechas de vencimiento! son majestuosas..nunca podemos saber con exactitud si el quimico que las mantiene en buen estado funciona,porque hoy en dia tenemos que comprar si o si las papas fritas que vinieron en el dia, sino chau olvidate!

Esto tambien puede ser considerado histeria por la gran oleada de emfermedades que nos atacan dia a dia, mas ahora con esto de la gripe "A" .
Pero si antes no nos haciamos problema ¿porque ahora resaltar en amarillo fluor el tema de "limpieza total"?
No estamos protegidos contra esto,solo nos queda ser sabios y repensar que en si estamos contaminados tanto por dentro como por fuera.
Tampoco mirar algo y clasificarlo como "sucio" y no tocarlo sino directamente ayudar con la ecologia siendo mas conciente sin recalcar que no somos responsables, porque lo somos.

Muchas gracias a Mari la moderadora por dejarme expresarme ..
~m~

23 jul 2009

FELÍZ CUMPLE NU!!!

Aunque andes desaparecida por estos lados, necesitaba saludarte por este rincón también, ya que es algo "nuestro", no??



Sólo decirte una vez más que te adoro, que en muy poco tiempo llegaste a ser una de esas pocas personas imprescindibles en mi vida, que te extraño horrores y que espero estar ahí por muchos cumples más...



No voy a desearte cosas que seguro te desean todos, no porque no quiera que se cumplan, sino simplemente porque sé que las vas a cumplir sin la necesidad de que alguien te lo diga.

Tenés tanta fuerza loca!! Sos tan apasionada en todo lo que haces que no tengo dudas de que vas a lograr todo lo que soñás y a tener todo lo que querés... ( Sin ir más lejos, ahí lo tenés a Juan, no?? jajaja)



Te amo! Gracias por cada momento, esos pelotudos (pero tan importantes) en los cuales corremos al rededor de "hogueras" en la calle, inventamos pasos, cantamos, "actuamos"...

Pero también y especialmente, por esos en los cuales reconocí una amiga en vos, una personita que no quiero perder nunca, y sé que no necesito temerle a eso, porque sin duda vas a estar siempre ahí.



Gracias también por tus consejos, por cagarme a pedos cuando tenías que hacerlo (aunque no te dí pelota...) y por darme a mí y no a las chicas!! jajajaja



Gracias.... Por todo lo que sabés, y por todo lo que hiciste sin siquiera darte cuenta...



FELÍZ CUMPLEAÑOS MI VIDA!!!!

((Amo esa foto!!))

16 jul 2009

Paranoia...

Les dejo un mail que me llegó... Me gustó, y para "cerrar" el mensaje, les digo: "Vivan gente! Vivan!!"xD
( Y perdón por el humor negro de la imagen... jajajaja)

___________________________________

Queridos amigos:

Con esto de la Gripe A hay que informarse bien, porque la gente se está paranoiqueando y es bueno tener en claro las cosas para no volverse locos.
Por suerte, en mi casa no hemos llegado a ese extremo y solamente hemos tomado medidas preventivas:

- Echamos Lysoform en los picaportes, las mesas, sillas, inodoros y en el teclado de la PC (ya rompimos 3);
- Nos lavamos con alcohol en gel cada vez que entramos a casa (tenemos las manos pegoteadas todo el tiempo);
- Por las dudas nos lavamos con alcohol por dentro (hace quince días que estamos en pedo, si el bicho llega a vencer las barreras externas, adentro lo hacemos mierda);
- No nos sacamos el barbijo por nada del mundo (salvo para tomar el alcohol);
- No nos juntamos con nadie (ni entre nosotros) y no le damos la mano ni besamos a nadie (eso, en algunos casos suele estar bueno);
- Ventilamos la casa todo el tiempo (nos recagamos de frío, pero con lo que chupamos ni nos damos cuenta);
- Despedimos a la mucama (desde lejos y sin tocarla), no atendemos a vendedores ambulantes ni vamos al súper, ni al cine, ni a trabajar, ni a nada.

Lástima que, con eso de ventilar, la casa se nos llenó de mosquitos y como hay que prevenir el dengue nos estamos untando con Off, rociamos todo con Raid Azul, Shelton Naranja y Fuji Verde, compramos trajes de apicultores (para que los mosquitos no puedan llegarnos a la piel) y seguimos bebiendo lo que nos queda en la bodeguita (a esta altura no sé si eso previene el dengue, pero es divertido!).

Por otra parte, con estas medidas logramos evitar los robos, si alguien entra a casa muere envenenado o del cagazo al vernos con esos trajes blancos, con capuchas y barbijos...

Menos mal que no hemos caído en la locura general, sino la estaríamos pasando muy mal.

Saludos desde el sótano...

24 jun 2009

Decálogo para aprobar exámenes

Miren manga de mier...!!! Nos conviene aprobar con estos super consejos!!

Y sino, no quedará otra que poner en práctica lo que la imágen nos sugiere!!! Jajaja!!!

Uvita!!! Aprobanos, por fa!!!



AHÍ VAN...

Diez consejos básicos para aprobar un examen:

Estimule los sentidos: La corteza cerebral está organizada en varias regiones, como son la motora y la sensorial. Hasta hace poco, los científicos creían que cada una de estas áreas ocupaba un espacio acotado -o mapa- para procesar la información proveniente de diferentes partes del cuerpo. Ahora se sabe que tales mapas se modifican con las experiencias personales, así como que las interacciones entre las diferentes áreas se refuerzan a una velocidad sorprendente. Por lo tanto la estimulación de los cinco sentidos favorece a un mayor equilibrio y desarrollo mental.

No trasnoche: Las investigaciones de György Burzsáki, neurólogo de la State University of New Jersey, en EE.UU., señalan que la memoria se consolida o graba después de irnos a la cama. Cuando soñamos, el hipocampo y la corteza cerebral entablan un necesario diálogo. Situado en el sistema límbico, el hipocampo actúa como una central que retiene los recuerdos a corto plazo. Pero para evitar una sobrecarga, la información es codificada por la corteza cerebral, el baúl de nuestros recuerdos. Esta reestructuración de la red neuronal ocurre precisamente durante el sueño, según Buzsáki.

Busque distracción: Dos días antes de un examen, cierre los libros (¿en serio?).El cerebro invierte 48 horas en reelaborar la información y elegir qué parte de ésta quedará retenida en la memoria a largo plazo. Para aprender ¡hay que dormir!

Sin desvelos: Los fármacos para permanecer despierto toda la noche son desaconsejables, ya que alteran el ciclo regular de sueño-vigilia, lo que puede dañar la recuperación de la información estudiada. Algo parecido puede decirse del café: la cafeína estimula la atención cuando se toma por la mañana, pero no diez durante la noche.

El bloqueo es normal: La sensación de olvido en la víspera del examen no debe ser motivo de preocupación.Mientras uno duerme, toda la información memorizada volverá a la mente.w Hay que descansar. ”La memoria es un proceso de catalogación y recatalogación”, comenta Karen Nader, de la McGill University, en Montreal (Canadá). Si está preparando un examen, lo mejor es estudiar a diario; fraccionar los temas y descansar al menos 6 horas después de estar memorizando.

Ojo con el repaso: La memoria se puede formar y reformar. El psicólogo Matthew P. Walker, de la Escuela Médica de Harvard Medical, en Harvard (EE.UU.), comprobó que la mera acción de recordar algo aprendido desestabiliza la memoria, si el proceso es perturbado por una interferencia. Debido a esta vulnerabilidad, el recuerdo puede ser guardado de nuevo, modificado e incluso sustituido. El repaso de lo aprendido modifica, al fin y al cabo, los datos memorizados: si se hace de mala manera, el resultado puede ser “muy deficiente”.

Siempre en positivo: El hecho de afrontar un examen con una actitud positiva estimula la atención y la memoria. No obstante, hay que evitar las emociones fuertes y las desagradables, ya que pueden borrar de la memoria los recuerdos recién adquirios.

Como Aristóteles: Estudie paseando, ya que el ejercicio cotidiano tiene un efecto protector sobre las neuronas. Lo ha demostrado Stan Colcombe, de la Universidad de Illinosis en Urbana. Éste y su equipo ha pasado por un escáner de IRM las cabezas de personas mayores de 55 años y descubrió que el cerebro de las sedentarias tiene menos masa gris que el de las que confesaron hacer deporte.

Coma bien y con moderación. La alimentación del estudiante debe ser rica en ácido omega-3, presente en el pescado, y en vitamina E, que abunda en el germen de trigo y los aceites vegetales.

DESEO NOS SIRVA DE ALGO... CHAMUYIIIIIIIIIIN!!!!

18 jun 2009

La Libertad (Día de la Bandera)

Por fin!! Después de cuatro días y un cuarto, el bendito Youtube se dignó a cargar nuestro videíto!
Para los que no saben, es un video que hicimos para el acto del 20 de Junio, y con Nury nos quedamos tan emocionadas que quisimos subirlo al Youtube, y también acá, para compartirlo con ustedes.

Mi opinión... Me hace felíz!! jajaja
Ya sé que soy re memo, y que me suelen hacer felíz cosas totalmente insignificantes, pero tienen que reconocer que es hermoso!!
Lo que más me gusta es el juego entre la letra y las imágenes, algunos mensajes sutiles y otros no tanto, mezclados con un poco de ironía y ese sentimiento de "libertad" (por no caer en lo vulgar, y ponerle un título basado en ideologías políticas...) que compartimos todos.
Gracias a Nury por tomarse ésto como yo, y porque sé que nunca hubiera quedado así sin su aporte incondicional el viernes a última hora, hasta altas horas.

Y gracias también a mi hermano y mi cuñada por prestarnos la compu y evitarnos el colapso nervioso!! jajajaja

Véanlo, y ahora sí... Comenten porque aplicamos garrotazo!! (Y a la mierda toda la ideología... jajaja)




9 jun 2009

Hernán. (Abelardo Castillo)

Como lo prometido es deuda, dejo otro de Abelardo Castillo.
La verdad es que no conocía a este escritor, y si Benites le agradeció alguna vez a su profesor, como dice, yo le agradezco hoy a él por habermelo "presentado".
Disfruten, y otra vez... Presten atención y léanlo hasta el final... (Y comenten mierdas!! jajajaja)




Hernán.


Me atrevo a contarlo ahora porque ha pasado el tiempo y porque Hernán, lo sé, aunque haya hecho muchas cosas repulsivas en su vida, nunca podrá olvidarse de ella: la ridícula señorita Eugenia, que un día, con la mano en el pecho, abrió grandes los ojos y salió de clase llevándose para siempre su figura lamentable de profesora de literatura que recitaba largamente a Bécquer y, turbada, omitía ciertos párrafos de los clásicos, y en los últimos tiempos miraba de soslayo a Hernán.
Quiero contarlo ahora, de pronto me dio miedo olvidar esta historia. Pero si yo la olvido nadie podrá recordarla, y es necesario que alguien la recuerde; Hernán, que entre el montón de porquerías hechas en tu vida haya siempre un sitio para ésta de hace mucho, de cuando tenías dieciocho años y eras el alumno más brillante de tu división, el que podía demostrar el Teorema de Pitágoras sin haber mirado el libro o ridiculizar a los pobres diablos como el señor Teodoro o hacerle una canallada brutal a la señorita Eugenia que guardaba violetas aplastadas en las páginas de Rimas y leyendas y olía a alcanfor.
Ella llegó al Colegio Nacional en el último año de mi bachillerato. Entró a clase y desde el principio advertimos aquella cosa extravagante, equívoca, que parecía trascender de sus maneras, de su voz, lo mismo que ese tenue aroma a laurel cuyo origen, fácil de adivinar, era una bolsita colgada sobre su pecho de señorita Eugenia, bajo la blusa. Ella entró en el aula tratando de ocultar, con ademanes extraños, la impresión que le causábamos cuarenta muchachones rígidos, burlonamente rígidos, junto a los bancos, y cualquiera de los cuarenta debía mirar a la altura del hombro para encontrar sus ojos de animalito espantado.
Habló. Dijo algo acerca de que buscaba ser una amiga para nosotros, una amiga mayor, y que la llamáramos señorita Eugenia, simplemente.
Alguien, entonces, en voz alta –lo bastante alta como para que ella bajara los ojos, con un gesto que después me dio lástima–, se asombró mucho de que todavía fuera señorita, yo me asombré mucho de que todavía fuera señorita y los demás rieron, y ella, arreglando nerviosamente los pliegues de su pollera, fue hacia el escritorio. Al levantar los ojos se encontró con todos parados, mirándola. No atinó sino a parpadear y a juntar las manos, como quien espera que le expliquen algo, y cuando torpemente creyó que debía insinuarnos "pueden sentarse", nosotros ya estábamos sentados y ella reparó por primera vez en Hernán. Él se había quedado de pie, tieso, se había quedado de pie él solo. Y en medio del silencio de la clase, dijo:
–Yo –dijo pausadamente– soy Hernán.

Esto fue el primer día. Después pasaron muchos días, y no sé, no recuerdo cómo hizo él para darse cuenta: acaso fue por aquellas miradas furtivas que, al llegar a ciertos párrafos de los clásicos, la señorita Eugenia dirigía hacia su banco, o acaso fue otra cosa.
De todos modos, cuando se lo dijeron ya lo sabía. "Me parece que la vieja...", le dijeron, y Hernán debió fingir un asombro que jamás sintió, puesto que él lo había adivinado desde el comienzo, desde que la vio entrar con sus maneras de pájaro y su cara triste de mujer sola; porque Hernán sabía que ella se inquietaba cuando él, acercándose sin motivo, recitaba la lección en voz baja, íntima, como si la recitara para ella.

–Este Hernán es un degenerado.

Te admiraban, Hernán.

–Pobre vieja, te fijaste: ahora se le da por pintarse.

Porque, de pronto, la señorita Eugenia que leía a Bécquer empezó a pintarse absurdamente los ojos, de un color azulado, y la boca, de pronto comenzó a decir cosas increíbles, cosas vulgares y tremendas acerca de la edad, la edad que cada uno tiene, la de su espíritu, y que ella en el fondo era mucho más juvenil que esas muchachas que andan por ahí, tontamente, con la cabeza loca y lo que es peor –esto lo dijo mirando a Hernán de un modo tan extraño que me dio asco–, lo que es peor, con el corazón vacío.

–A que sí.

Ya no recuerdo con quién fue la apuesta, recuerdo en cambio que pocos días antes del 21 de septiembre surgió, repentina y gratuita, como un lamparón de crueldad.
Y fue aceptada de inmediato, en medio de ese regocijo feroz de los que necesitan embrutecer sus sentimientos a cualquier costo porque después, más adelante, está la vida, que selecciona sólo a los más aptos, a los más fuertes, a los tipos como él, como Hernán, aquel Hernán brillante de dieciocho años que podía demostrar teoremas sin mirar el libro o componer estrofas a la manera de Asunción Silva o apostar que sí, que se atrevería –como realmente se atrevió la tarde en que, apretando como un trofeo aquella cosa, esa especie de escapulario entre los dedos, pasó delante de todos y fue lentamente hacia el pizarrón–, porque los que son como vos, Hernán, nacieron para dañar a los otros, a los que son como la señorita Eugenia.

–A que no.

–Qué apostamos –dijo Hernán, y aseguró que pasaría delante de todos, de los cuarenta, e iría, lentamente, hacia el pizarrón–. Para que aprenda a no ser vieja loca –dijo.
Pero antes de la apuesta habían pasado muchas cosas, y yo ahora necesito recordarlas para que Hernán no las olvide.
Hubo, por ejemplo, lo de las cartas. Siempre supo escribir bien. Desde primer año había venido siendo una suerte de Fénix escolar, fácil, capaz de hacer versos o acumular hipérboles deslumbradoras en un escrito de Historia. Pero aquella primera carta (a la que seguirían otras, ambiguas al principio, luego más precisas, exigentes, hasta que una tarde en el libro que te alcanzó la señorita Eugenia apareció por fin la primera respuesta, escrita con su letra pequeña, redonda, adornada con estrafalarias colitas y círculos sobre la i) fue una obra maestra de maldad.
Yo sé de qué modo, Hernán, con qué prolijo ensañamiento escribiste durante toda una noche aquella primera carta, que yo mismo dejé entre las páginas de las Lecciones de Literatura Americana un segundo antes de que el inequívoco perfume entrase en el aula, ese vaho a laurel cuyo origen era una bolsita blanca, de alcanfor, colgada al cuello de la señorita Eugenia, junto al crucifijo con el que sólo una vez tropezaron unos dedos que no fuesen los de ella.
No respirábamos. Hernán tenía miedo ahora, lo sé, y hasta trató de que ella no tomase el libro.
La mujer, extrañada, levantó el papel que había caído sobre el escritorio, un papel que comenzaba "por favor, lea usted esto", y después de unos segundos se llevó temblando la mano a la cara; pero en los días que siguieron, cuando encontraba sobre el escritorio los papeles doblados en cuatro pliegues, ya no se turbaba, y entonces empezó a decir aquellas insensateces vulgares acerca de la edad, y del amor, hasta que el propio Hernán se asustó un poco. Sí, porque al principio fue como un juego, tortuoso, procaz, pero en algún momento todo se volvió real y, una tarde, estaba hecha la apuesta:

–Delante de todos, en el pizarrón –dijo Hernán.

El Día de los Estudiantes, en el Club Náutico, todos pudieron verlo bailando con la señorita Eugenia. Ella lo miraba. Lo miraba de tal manera que Hernán, aunque por encima de su hombro hizo una mueca significativa a los otros, se sintió molesto.
Tuvo el presentimiento de que todo podía complicarse o, acaso, al oír que ella hablaba de las cosas imposibles ("hay cosas imposibles, Hernán, usted es tan joven que no se da cuenta") pensó que se despreciaba. Pero ese día la apuesta había sido aceptada y uno no podía echarse atrás, aunque tuviera que hacerle una canallada brutal a la señorita Eugenia, que aquella tarde llevaba puesto un inaudito vestido, un jumper, sobre su blusa infaltable de seda blanca.
Por eso, sin pensarlo más, él la invitó a dar un paseo por los astilleros, y los otros, codeándose, vieron cómo la infeliz aquella salía disimuladamente, seguida por su ridículo perfume a alcanfor y seguida por mí, que antes de salir le dije a alguno:

–Prestáme las llaves del coche.

Y me fueron prestadas, con sonrisa cómplice, y cuando yo estaba saliendo, con el estómago revuelto, oí que alguien pronunciaba mi nombre:

–Hernán.

–Qué quieren –pregunté.

Y me dijeron la apuesta, ojo con la apuesta, y yo dije que sí, que me acordaba.
Como me acuerdo de todo lo que ocurrió esa tarde, en los galpones, contra un casco a medio calafatear, y de todo lo que ocurrió al otro día, en el Nacional, cuando ante la admirada perplejidad de cuarenta muchachones yo caminé lentamente hacia el pizarrón apretando entre los dedos esa cosa, esa especie de escapulario, como un trofeo.
Y me acuerdo de la mirada de la señorita Eugenia al entrar en la clase, de sus ojos pintados ridículamente de azul que se abrieron espantados, dolorosos, como de loca, y se clavaron en mí sin comprender, porque ahí, en la pizarra, había quedado colgada, balanceándose todavía, una bolsita blanca de alcanfor.

Querido lobo...

Esa noche el cordero aprendió que no todo es lo que parece. Los lobos no son lobos … y él tampoco era un “vil cordero”

Lobo: ¿Qué te pasa?

Cordero: La vida….

Lobo: Lógico…la vida pasa.

El lobo miró al pequeño y frágil cordero durante algunos segundos entre confundido y asombrado por su respuesta.
Lobo: Corrijo entonces, ¿Qué te aqueja pequeño cordero?

Cordero: Quiero ser lobo…

Dijo el cordero con un dejo de tristeza.

Lobo: ¿Para qué?

Cordero: Para ser libre…

Esta de más decir que, a estas alturas, no existían palabras capaces de describir la expresión de asombro del lobo. Era la primera vez que escuchaba a un cordero confesando aquello, es más, era la primera vez que oía a alguien decir que quería ser lobo. Sin embargo, pensó que lo más prudente seria entender los motivos que habían llevado al cordero a esa situación tan extrema.

Lobo: ¿Libre de que?

Cordero: ¿No es obvio?

Lobo: Sino no estaría preguntando. Es curioso… de todos los males que pudieran aquejarte, este era el más inesperado para mí, pero también el más sorprendente…

Asombro, sólo eso. Y es que el lobo no podía entender como alguien capaz de sonreír con esa dulzura quería transformarse en eso… en lo que él era.

Cordero: Libre de mi vulnerabilidad. Ustedes los lobos no le tienen miedo a nada. Llegan y acaban con su presa como si nada y tienen a otros lobos. Es fácil…

Lobo: No, no es fácil. La verdad es que yo quisiera ser cordero.

Cordero: ¿Cordero? ¿Por qué un lobo habría de querer serlo?

Lobo: Ustedes los corderos tienen miedos, debilidades. Por eso los lobos matamos corderos…por envidia. Tienen quien los proteja. Tienen a los otros corderos que, en vez de juzgarlos los aceptan tal cual son… sin rodeos.

Corderos: Tienen envidia de nuestra vulnerabilidad…

Lobo: No, tenemos envidia de su perfecta imperfección. Querés ser lobo, pero en toda esta conversación te referiste vos mismo como un cordero cuando, en realidad, sos un carnero. Tenés armas para protegerte… pero seguís conservando la dulzura y fragilidad que caracteriza a los corderos….

Había encontrado en el lobo, a un verdadero amigo. Alguien que, más alla de ser diferente compartia sus miedos y defectos... y fue feliz. Libre.

7 jun 2009

Quiero

Me encanta compartir con ustedes ésto!!

Gracias mi amor!! Me mataste de amor dedicándomelo...


Fragmento de CRAVE de Sarah Kane (Ed. Artes del Sur)

A: Quiero dormir a tu lado y hacerte las compras y cargarte las bolsas y decirte cuánto me gusta estar con vos, pero me siguen obligando a hacer estupideces.

M: No soy yo, sos vos.

B: Coger al pedo.

M: Y con la planilla de asistencia.

C: Un plan de seis meses.

A: Y quiero jugar a las escondidas y regalarte mi ropa y decirte cuánto me gustan tus zapatos y sentarme en el borde de la bañadera mientras te bañás y hacerte masajes en el cuello y darte besos en los pies y llevarte de la mano e irme con vos a cenar y que no me importe que comas de mi plato y encontrarme con vos en el Rudy’s y hablar del día y tipiar tus cartas y llevar tus cajas y reírme de tus paranoias y regalarte discos que nunca escucharás y ver películas buenísimas y ver películas malas y quejarme del programa de radio y hacerte fotos mientras dormías y levantarme para prepararte café con tostadas y pancitos y salir con vos a tomar un café al Florent en medio de la noche y dejar que me robes los cigarrillos y que nunca tengas fuego y contarte lo que vi en la tele la otra noche y acompañarte al oculista y no reírme de tus chistes y desearte por la mañana pero dejarte dormir un poco más y mientras darte besos en la espalda y acariciar tu piel y decirte cuánto me gusta tu pelo tus ojos tus labios tu cuello tu pecho tu culo tu...

Y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelva tu vecina y sentarme a fumar en la escalera hasta que vos vuelvas y preocuparme cuando te atrasás y asombrarme cuando te adelantás y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta quedar negro y estar triste cuando me equivoque y feliz cuando me perdones y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y sentir tu voz en mis oídos y sentir tu piel contra mi piel y tener mucho miedo cuando te enojes y se ponga un ojo rojo y otro azul y tu pelo hacia la izquierda y una cara de oriental y decirte estás preciosa y abrazarte cuando estés ansiosa y abrazarte más cuando sufras y desearte sólo con olerte y abusarme al tocarte y gemir cuando esté a tu lado y gemir cuando no esté a tu lado y babear sobre tu pecho y envolverte toda la noche y sentir frío cuando me quites la manta y sentir cuando no lo hagas y derretirme cuando sonrías y desintegrarme cuando rías y no entender por qué creés que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo podés pensar que yo sería capaz de rechazarte a vos y preguntarme quién sos pero aceptarte igual y contarte acerca del ángel del árbol del niño del bosque encantado que voló sobre el océano porque te amaba y escribirte poemas y preguntarme por qué no me creés y tener un sentimiento tan profundo que no encuentra palabras y querer comprarte un gatito y sentir celos de él cuando reciba más atención que yo y retenerte en la cama cuando te tengas que ir y llorar como un bebé cuando finalmente te vayas y vaciar los ceniceros y comprarte regalos que no quieras y llevármelos otra vez y pedirte que te cases conmigo y que vos me digas que no otra vez pero continuar pidiéndotelo porque aunque vos creas que no es en serio siempre fue en serio desde la primera vez y deambular por toda la ciudad pensando que sin vos estaba vacía y querer todo lo que querés y pensar que me estoy perdiendo a mí mismo y saber que con vos estoy a salvo y contarte de mí mismo lo peor e intentar darte lo mejor porque vos lo merecés y contestar tus preguntas cuando prefiera no hacerlo y decirte la verdad cuando en realidad no quiera e intentar ser honesto porque sé que vos lo preferís y pensar que todo se acabó pero aferrarme allí durante diez minutos más hasta que me eches de tu vida y te olvides de quién soy e intentar acercarme a vos porque es hermoso aprender a conocerte y el esfuerzo vale la pena y hablarte mal en alemán y peor en hebreo y hacer el amor con vos a las tres de la madrugada y de alguna de alguna de alguna manera comunicarte algo de ese amor abrumador arrasador incondicional omnipresente y sempiterno que enriquece el corazón y libera la mente ese amor eterno y presente que siento que vos...


DATITO EXTRA: Crave se puede ver los sábados a las 23hs., en No Avestruz, Humboldt 1857. Entrada: $ 25.

5 jun 2009

Táctica y estrategia... (Mario Benedetti)

Dejo poema hermoso que me robé de uno de los libros de taller. Te dije que lo subía Nu! Mañana subo también los de Abelardo Castillo.
Disfruten!!


Táctica y estrategia. (Mario Benedetti)

Mi táctica es
mirarte,
aprender como sos,
quererte como sos.
Mi táctica es
hablarte.

Y escucharte.
Construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es,
quedarme en tu recuerdo,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco,
y saber que sos franca,
y que no nos vendamos
simulacros,
para que entre los dos
no haya telón,
ni abismos.

Mi estrategia es,
en cambio,
más profunda y más
simple...
Mi estrategia es
que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con que pretexto,
por fín me necesites.

Pesos pesado

Por Juan Gelman




El maltrato que algunos maestros propinan en clase a niños minusválidos no es exclusividad de un solo país. Pero difícilmente se encontrará alguno donde una docente de 103 kg arroja al suelo a un púber discapacitado de 58 kg, lo pone cara al piso, se le sienta encima durante 15 minutos y al levantarse comprueba que está muerto. Ocurrió en Killen, Texas, en el año 2002. La maestra se llama Dawn Marie Hamilton y la víctima, Cedric Napoleon, 14 años, afroamericano. Toni Price, su madre adoptiva, aún busca justicia. Ante un panel del Congreso testificó en mayo pasado que en el informe de la autopsia de Cedric el médico a cargo señala: “Nunca había visto algo así, excepto en occisos como consecuencia de un accidente automovilístico” (http://www.cbsnews.com/, 19-5-09). Cedric tenía el pecho destrozado. El está muerto, pero la maestra que lo empujó al otro lado sigue teniendo licencia para “enseñar” en Virginia (http://www.patriciaebauer.com/, 20-5-09).

El informe 09-719T de la Oficina General de Contraloría de EE.UU. (GAO, por sus siglas en inglés) da cuenta de “centenares de acusaciones de casos de abusos y muertes” relacionados con casos de alumnos, incluidos minusválidos, castigados física y/o psicológicamente y/o sometidos a encierros prolongados en alguna habitación, tanto en escuelas públicas como privadas (http://www.gao.gov/, 19-5-09). El informe proporciona algunos ejemplos denunciados: un niño de 7 años agonizante porque el personal docente lo forzó a permanecer durante horas boca abajo; otro de 5 que la maestra ató con cuerdas a un par de sillas causándole fracturas de brazos y abundante flujo sanguíneo nasal; uno de 13 que se ahorcó en el cuarto donde lo habían encerrado.

La GAO testimonió ante la Comisión de Educación y Trabajo de la Cámara de Representantes que “informaciones recientes indican que niños vulnerables son objeto de malos tratos... hay casos documentados de alumnos obligados a permanecer inmóviles en el piso durante horas o con las manos atadas o encerrados en un placard o sometidos a otros actos de violencia”. Una niña autista de 4 años, nacida con parálisis cerebral, fue sujetada a una silla por hacer berrinche: necesitaba ir al baño; un niño de 9 con dificultades para aprender sufrió 75 encierros en seis meses por silbar y agitar las manos en clase. Cabe la pregunta: ¿qué tipo de vocación llevó a estos maestros a ejercer la docencia?

El informe 09-719T señala que diversos malos tratos produjeron al menos 200 muertes de alumnos desde 1990. Quién sabe si no más. Sólo en Pennsylvania fallecieron 50 escolares en el 2008 “como resultado de abusos y negligencias”, señaló la secretaria de Salud Pública del estado, Estelle B. Richman (http://www.gantdaily.com/, 4-5-09). Agregó que el mismo año se produjeron unas 25.000 denuncias de malos tratos en las escuelas, “1600 casos más que en 2007”. No es difícil sacar conclusiones sobre la situación en la materia: el total de la población estudiantil de todos los niveles asciende a poco más de dos millones. La proporción de abusados es ciertamente alta.

El Unicef o Fondo de Naciones Unidas para la Infancia emitió en 2005, con base en sus investigaciones, un informe global sobre la violencia contra niños minusválidos en escuelas, instituciones, el sistema penal y en el trabajo (http://www.unicef.org/, 28-7-05). Las conclusiones son escalofriantes: esos niños corren mayores riesgos de maltrato porque se los percibe como “víctimas fáciles”. Es improbable que se investigue o juzgue a los abusadores y éstos presumen que un pequeño con discapacidades intelectuales o psicosociales siempre se mostrará “confuso”. Pueden ser asesinados “porque los padres los consideran la vergüenza de la familia o porque piensan que ‘estarán mejor’ muertos que minusválidos”. A veces se los esteriliza a la fuerza a los 8 o 9 años de edad. El Unicef formula recomendaciones para prevenir tales atropellos, pero las 33 páginas de su informe estremecen.

La Convención sobre los Derechos del Niño es el tratado de derechos humanos de las Naciones Unidas que cuenta con el mayor número de ratificaciones de los Estados Parte. No parece que surta mucho efecto. En el 2006 fallecieron diez millones de menores de 5 años en todo el planeta, es decir, uno cada 3 segundos. Murieron –y mueren– de hambre, de pobreza, de enfermedades curables, discriminados y explotados, sin protección de los gobiernos (www.unicef.org/sowc06, 14-12-06). Son invisibles.

La mitad de los estados de EE.UU. carece de leyes que amparen a la niñez de abusos y malos tratos. El representante demócrata Lynn Woolsey, que formó parte del panel que escuchó el testimonio de Toni Price, preguntó indignado: “¿Acaso necesitamos leyes contra la tortura en las escuelas?” (http://www.chron.com/, 20-5-09). Tal vez.


Extraido de: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-126060-2009-06-04.html

4 jun 2009

Amnesia...

Bue, acá dejo el primer capi de esto que no se bien que será, pero que de a poquito va tomando forma de algo... Y eso es bueno, no?? xD
El nombre es provisorio, aunque tengo la extraña sensación de que va a terminar por gustarme.
Me hubiese gustado subir también dentro de esta misma entrada algo más que tengo escrito, pero todavía no tiene la forma que me gusta, y por eso decidí subir hasta acá. Los que me conocen saben que las cosas me queman demasiado rápido en las manos...
Se los dejo... si quieren opinen, sino, lo charlamos entre mates como siempre. (Bue, o por msn con los que no tengo la suerte... xD)


_____________________


Amnesia.

La piedra rebotó varias veces sobre la superficie del agua, antes de perderse en sus profundidades. Pablo Soria la siguió con la mirada hasta perderla de vista, y respiró hondo unas cuántas veces, sintiendo como el aire frío de la noche raspaba su garganta reseca.
Bajó la mirada hacia sus manos, que iluminadas bajo la tenue luz de la luna, todavía dejaban ver algunas manchas de sangre seca, a pesar de sus intentos por sacarlas de ahí.

No recordaba nada. No era la primera vez que se descubría en algún lugar sin recordar cómo había llegado hasta ahí. En sus 28 años muchas veces había sentido que se perdía de las cosas… Pero nunca había pasado algo como esto.

Se sentó a la orilla del lago, y sonrió, algo cínicamente, al darse cuenta de qué, en realidad, todo significaba una sola cosa. Estaba completamente loco.
Empezó a buscar entre las piedras alguna que sea lo suficientemente plana para efectuar su próximo tiro, mientras intentaba recordar algo, aunque la experiencia le había enseñado que cualquier intento sería en vano.
Sin embargo, siguió esforzándose por conseguirlo.

Había salido temprano en la mañana, en dirección a su aburrido y mal remunerado trabajo. Había parado a comprar café en el Mc Donald´s de la esquina, había comprado el diario del día, y había recorrido las cuadras que lo separaban de la estación del metro entreteniéndose con los chistes de la contratapa.
Todo bien hasta ahí, todo extremada y tediosamente normal.
Se recordó bajando las escaleras del metro, hasta pudo oler el encierro y la humedad que emanaban las paredes y el suelo del lugar. Se vio pagando el boleto y después… nada.

Frunció levemente el ceño, mientras sopesaba en su mano cansada el proyectil elegido. Había pagado el boleto y…

-Mierda…

La sensación de no recordar un instante de su vida había dejado de ser traumática. Estaba cansado y a veces llegaba a sentir impotencia, pero con el tiempo y los reiterados “episodios”, como le gustaba llamarlos a su psiquiatra, había logrado un extraño estado de resignación. Tal vez hasta de acostumbramiento.
Después de todo, su vida era tan rutinaria que no le costaba demasiado rellenar con su imaginación los espacios vacíos.

…Había sacado el boleto, había subido al repleto transporte insultando para sí a los insoportables niños que viajaban al colegio, atiborrados con sus mochilas y libros, había bajado en la misma estación que todos los días y caminado hacia su oficina como de costumbre...

Se detuvo.

Esta vez todo era distinto. Eso es lo que hacía cada día desde hacía más de cinco años, pero esta vez las cosas habían cambiado.
Se había perdido de algo realmente importante. Sólo necesitaba mirar sus manos para corroborarlo.

Lanzó la piedra y la vio rebotar unas tres veces antes de resignarse a perderse entre la suave ondulación del agua helada. Volvió a limpiarse mecánicamente las manos en sus gastados jeans y lentamente se puso de pié.
Pensó en llamar al Dr. Russel, pero algo en su interior se lo prohibió. Al fin y al cabo no sabía lo que había hecho, y la sangre en sus manos no podía significar nada bueno.

Había llegado al lago desesperado, después de despertar en un lugar al que nunca se dirigió, al menos no su parte consciente. Después de respirar profundamente como había aprendido en años de terapia, logró tranquilizarse y así, poder pensar con claridad.
Intentó evaluar todas las posibilidades, por absurdas o terribles que éstas fueran. Decidió entonces empezar por el peor de los casos.

Si había matado a alguien, lo mejor era intentar recordar, volver hacia atrás y empezar a cubrir las huellas.
Después de todo no se consideraba un criminal, y no tenía por qué pagar por algo que no recordaba, y que no era para nada consciente de haber realizado.
Volver, borrar las huellas y seguir con su vida. Punto.
Bueno, tal vez algo más de terapia para que no vuelva a suceder.

Pensó también, en un intento desesperado por infundirse a si mismo un poco de tranquilidad, que la sangre no tenía por qué ser humana, e incluso una parte de sí se afanaba en creer que era suya, a pesar del exhaustivo registro de su propio cuerpo que había realizado minutos antes.
Y, la última posibilidad, si había lastimado a alguien…

Negó con la cabeza, la idea que estuvo a punto de formarse era espantosa, terriblemente sádica. Tanto para él, como para el que sea que ocupaba su lugar cuando él estaba encerrado en algún rincón oscuro y solitario de su propia psiquis.

Si había lastimado a alguien, lo averiguaría, pediría perdón y, en el peor de los casos, se haría responsable. No podía permitirse pensar en borrar ese tipo de huellas.

Volvió a sonreír siendo repentinamente consciente de la velocidad en que su cabeza barajaba hipótesis infundadas. Volvió a respirar profundamente, y se dijo a si mismo que nada lograba sentado allí, y que podría pasarse horas pensando en qué había pasado, consiguiendo así la única certeza de que no lo sabía, y que jamás iría a saberlo.

Pensó entonces en regresar al callejón donde había recuperado la consciencia, entre suciedad, olor a orina y esa insoportable sangre en sus manos y ropa.
Se sacudió inconscientemente la tierra de sus pantalones, y empezó a caminar.

30 may 2009

La madre de Ernesto (Abelardo Castillo)

Hoy tuve mi primer día "en serio" de taller de lectura. Simplemente... grandioso, perfecto.
Para aquellos que cursen conmigo y lean estas líneas, aquellos que no fueron sólo por no tener el incentivo necesario para hacerlo... Vayan.

Es altamente recomendable, Benites tiene la asombrosa capacidad de transportarte mientras sos testigo mudo de su puesta en escena... Y todo en un ambiente no muy distinto al de una charla en un café. Si me preguntan, imperdible.



Vamos, ahora sí, al tema que me trajo hasta acá. Hoy escuchamos un cuento de Abelardo Castillo (Escritor Argentino oriundo de San Pedro, Prov. de BsAs.), que me gustó tanto que me dieron ganas de compartirlo.
Como bien subrayó mi profesor, todo se define en la última línea. No hagas trampa, leélo todo, llegá al final... y después pensálo.


__________________________

La madre de Ernesto




Abelardo Castillo



Si Ernesto se enteró de que ella había vuelto (cómo había vuelto), nunca lo supe, pero el caso es que poco después se fue a vivir a El Tala, y, en todo aquel verano, sólo volvimos a verlo una o dos veces. Costaba trabajo mirarlo de frente. Era como si la idea que Julio nos había metido en la cabeza -porque la idea fue de él, de Julio, y era una idea extraña, turbadora: sucia- nos hiciera sentir culpables. No es que uno fuera puritano, no. A esa edad, y en un sitio como aquél, nadie es puritano. Pero justamente por eso, porque no lo éramos, porque no teníamos nada de puros o piadosos y al fin de cuentas nos parecíamos bastante a casi todo el mundo, es que la idea tenía algo que turbaba. Cierta cosa inconfesable, cruel. Atractiva. Sobre todo, atractiva.

Fue hace mucho. Todavía estaba el Alabama, aquella estación de servicio que habían construido a la salida de la ciudad, sobre la ruta. El Alabama era una especie de restorán inofensivo, inofensivo de día, al menos, pero que alrededor de medianoche se transformaba en algo así como un rudimentario club nocturno. Dejó de ser rudimentario cuando al turco se le ocurrió agregar unos cuartos en el primer piso y traer mujeres. Una mujer trajo.

–¡No!

–Sí. Una mujer.

–¿De dónde la trajo?

Julio asumió esa actitud misteriosa, que tan bien conocíamos –porque él tenía un particular virtuosismo de gestos, palabras, inflexiones que lo hacían raramente notorio, y envidiable, como a un módico Brummel de provincias–, y luego, en voz baja, preguntó:

–¿Por dónde anda Ernesto?

En el campo, dije yo. En los veranos Ernesto iba a pasar semanas a El Tala, y esto venía sucediendo desde que el padre, a de aquello que pasó con la mujer, ya no quiso regresar al pueblo. Yo dije en el campo, y después pregunté:

–¿Qué tiene que ver Ernesto?

Julio sacó un cigarrillo. Sonreía.

–¿Saben quién es la mujer que trajo el turco?


Aníbal y yo nos miramos. Yo me acordaba ahora de la madre de Ernesto. Nadie habló. Se había ido hacía cuatro años, con una de esas compañías teatrales que recorren los pueblos: descocada, dijo esa vez mi abuela. Era una mujer linda. Morena y amplia: yo me acordaba. Y no debía de ser muy mayor, quién sabe si tendría cuarenta años.

–Atorranta, ¿no?

Hubo un silencio y fue entonces cuando Julio nos clavó aquella idea entre los ojos. O, a lo mejor, ya la teníamos.

–Si no fuera la madre...

No dijo más que eso.

Quién sabe. Tal vez Ernesto se enteró, pues durante aquel verano sólo lo vimos una o dos veces (más tarde, según dicen, el padre vendió todo y nadie volvió a hablar de ellos), y, las pocas veces que lo vimos, costaba trabajo mirarlo de frente.

–Culpables de qué, che. Al fin de cuentas es una mujer de la vida, y hace tres meses que está en el Alabama. Y si esperamos que el turco traiga otra, nos vamos a morir de viejos.

Después, él, Julio, agregaba que sólo era necesario conseguir un auto, ir, pagar y después me cuentan, y que si no nos animábamos a acompañarlo se buscaba alguno que no fuera tan braguetón, y Aníbal y yo no íbamos a dejar que nos dijera eso.

–Pero es la madre.

–La madre. ¿A qué llamás madre vos?: una chancha también pare chanchitos.

–Y se los come.

–Claro que se los come. ¿Y entonces?

–Y eso qué tiene que ver. Ernesto se crió con nosotros.

Yo dije algo acerca de las veces que habíamos jugado juntos; después me quedé pensando, y alguien, en voz alta, formuló exactamente lo que yo estaba pensando. Tal vez fui yo:

–¿Se acuerdan cómo era?

Claro que nos acordábamos, hacía tres meses que nos veníamos acordando. Era morena y amplia; no tenía nada de maternal.

–Y además ya fue medio pueblo. Los únicos somos nosotros.

Nosotros: los únicos. El argumento tenía la fuerza de una provocación, y también era una provocación que ella hubiese vuelto. Y entonces, puercamente, todo parecía más fácil. Hoy creo –quién sabe– que, de haberse tratado de una mujer cualquiera, acaso ni habríamos pensado seriamente en ir. Quién sabe. Daba un poco de miedo decirlo, pero, en secreto, ayudábamos a Julio para que nos convenciera; porque lo equívoco, lo inconfesable, lo monstruosamente atractivo de todo eso, era, tal vez, que se trataba de la madre de uno de nosotros.

–No digas porquerías, querés -me dijo Aníbal.

Una semana más tarde, Julio aseguró que esa misma noche conseguiría el automóvil. Aníbal y yo lo esperábamos en el bulevar.

–No se lo deben de haber prestado.

–A lo mejor se echó atrás.

Lo dije como con desprecio, me acuerdo perfectamente. Sin embargo fue una especie de plegaria: a lo mejor se echó atrás. Aníbal tenía la voz extraña, voz de indiferencia:

–No lo voy a esperar toda la noche; si dentro de diez minutos no viene, yo me voy.

–¿Cómo será ahora?

–Quién... ¿la tipa?

Estuvo a punto de decir: la madre. Se lo noté en la cara. Dijo la tipa. Diez minutos son largos, y entonces cuesta trabajo olvidarse de cuando íbamos a jugar con Ernesto, y ella, la mujer morena y amplia, nos preguntaba si queríamos quedarnos a tomar la leche. La mujer morena. Amplia.

–Esto es una asquerosidad, che.

–Tenés miedo – dije yo.

–Miedo no; otra cosa.

Me encogí de hombros:

–Por lo general, todas éstas tienen hijos. Madre de alguno iba a ser.

–No es lo mismo. A Ernesto lo conocemos.

Dije que eso no era lo peor. Diez minutos. Lo peor era que ella nos conocía a nosotros, y que nos iba a mirar. Sí. No sé por qué, pero yo estaba convencido de una cosa: cuando ella nos mirase iba a pasar algo.

Aníbal tenía cara de asustado ahora, y diez minutos son largos. Preguntó:

–¿Y si nos echa?

Iba a contestarle cuando se me hizo un nudo en el estómago: por la calle principal venía el estruendo de un coche con el escape libre.

–Es Julio –dijimos a dúo.

El auto tomó una curva prepotente. Todo en él era prepotente: el buscahuellas, el escape. Infundía ánimos. La botella que trajo también infundía ánimos.

–Se la robé a mi viejo.

Le brillaban los ojos. A Aníbal y a mí, después de los primeros tragos, también nos brillaban los ojos. Tomamos por la Calle de los Paraísos, en dirección al paso a nivel. A ella también le brillaban los ojos cuando éramos chicos, o, quizá, ahora me parecía que se los había visto brillar. Y se pintaba, se pintaba mucho. La boca, sobre todo.

–Fumaba, ¿te acordás?

Todos estábamos pensando lo mismo, pues esto último no lo había dicho yo, sino Aníbal; lo que yo dije fue que sí, que me acordaba, y agregué que por algo se empieza.

–¿Cuánto falta?

–Diez minutos.

Y los diez minutos volvieron a ser largos; pero ahora eran largos exactamente al revés. No sé. Acaso era porque yo me acordaba, todos nos acordábamos, de aquella tarde cuando ella estaba limpiando el piso, y era verano, y el escote al agacharse se le separó del cuerpo, y nosotros nos habíamos codeado.

Julio apretó el acelerador.

–Al fin de cuentas, es un castigo –tu voz, Aníbal, no era convincente–: una venganza en nombre de Ernesto, para que no sea atorranta.

–¡Qué castigo ni castigo!

Alguien, creo que fui yo, dijo una obscenidad bestial. Claro que fui yo. Los tres nos reímos a carcajadas y Julio aceleró más.

–¿Y si nos hace echar?

–¡Estás mal de la cabeza vos! ¡En cuanto se haga la estrecha le hablo al turco, o armo un escándalo que les cierran el boliche por desconsideración con la clientela!

A esa hora no había mucha gente en el bar: algún viajante y dos o tres camioneros. Del pueblo, nadie. Y, vaya a saber por qué, esto último me hizo sentir audaz. Impune. Le guiñé el ojo a la rubiecita que estaba detrás del mostrador; Julio, mientras tanto, hablaba con el turco. El turco nos miró como si nos estudiara, y por la cara desafiante que puso Aníbal me di cuenta de que él también se sentía audaz. El turco le dijo a la rubiecita:

–Llevalos arriba.

La rubiecita subiendo los escalones: me acuerdo de sus piernas. Y de cómo movía las caderas al subir. También me acuerdo de que le dije una indecencia, y que la chica me contestó con otra, cosa que (tal vez por el coñac que tomamos en el coche, o por la ginebra del mostrador), nos causó mucha gracia. Después estábamos en una sala pulcra, impersonal, casi recogida, en la que había una mesa pequeña: la salita de espera de un dentista. Pensé a ver si nos sacan una muela. Se lo dije a los otros:

–A ver si nos sacan una muela.

Era imposible aguantar la risa, pero tratábamos de no hacer ruido. Las cosas se decían en voz muy baja.

–Como en misa – dijo Julio, y a todos volvió a parecernos notablemente divertido; sin embargo, nada fue tan gracioso como cuando Aníbal, tapándose la boca y con una especie de resoplido, agregó:

–¡Mirá si en una de ésas sale el cura de adentro!

Me dolía el estómago y tenía la garganta seca. De la risa, creo. Pero de pronto nos quedamos serios. El que estaba adentro salió. Era un hombre bajo, rechoncho; tenía aspecto de cerdito. Un cerdito satisfecho. Señalando con la cabeza hacia la habitación, hizo un gesto: se mordió el labio y puso los ojos en blanco.

Después, mientras se oían los pasos del hombre que bajaba, Julio pregunto:

–¿Quién pasa?

Nos miramos. Hasta ese momento no se me había ocurrido, o no había dejado que se me ocurriese, que íbamos a estar solos, separados –eso: separados- delante de ella. Me encogí de hombros.

–Qué sé yo. Cualquiera.

Por la puerta a medio abrir se oía el ruido del agua saliendo de una canilla. Lavatorio. Después, un silencio y una luz que nos dio en la cara; la puerta acababa de abrirse del todo. Ahí estaba ella. Nos quedamos mirándola, fascinados. El deshabillé entreabierto y la tarde de aquel verano, antes, cuando todavía era la madre de Ernesto y el vestido se le separó del cuerpo y nos decía si queríamos quedarnos a tomar la leche. Sólo que la mujer era rubia ahora. Rubia y amplia. Sonreía con una sonrisa profesional; una sonrisa vagamente infame.

–¿Bueno?

Su voz, inesperada, me sobresaltó: era la misma. Algo, sin embargo, había cambiado en ella, en la voz. La mujer volvió a sonreír y repitió "bueno", y era como una orden; una orden pegajosa y caliente. Tal vez fue por eso que, los tres juntos, nos pusimos de pie. Su deshabillé, me acuerdo, era oscuro, casi traslúcido.

–Voy yo –murmuró Julio, y se adelantó, resuelto.

Alcanzó a dar dos pasos: nada más que dos. Porque ella entonces nos miró de lleno, y él, de golpe, se detuvo. Se detuvo quién sabe por qué: de miedo, o de vergüenza tal vez, o de asco. Y ahí se terminó todo. Porque ella nos miraba y yo sabía que, cuando nos mirase, iba a pasar algo. Los tres nos habíamos quedado inmóviles, clavados en el piso; y al vernos así, titubeantes, vaya a saber con que caras, el rostro de ella se fue transfigurando lenta, gradualmente, hasta adquirir una expresión extraña y terrible. Sí. Porque al principio, durante unos segundos, fue perplejidad o incomprensión. Después no. Después pareció haber entendido oscuramente algo, y nos miró con miedo, desgarrada, interrogante. Entonces lo dijo. Dijo si le había pasado algo a él, a Ernesto.


Cerrándose el deshabillé lo dijo.

23 may 2009

Utopía...

Hoy escuché una frase que, debo admitirlo, me provocó, por un breve y hermoso instante, un escalofrío.
Sólo quería compartirla, con los que leen y también conmigo, cada vez que relea estas líneas.

Dice demasiadas cosas en tan pocas palabras que me pareció hermosa, y descubrí esperanza escondida entre claros tonos de desesperación.
Saquen sus propias conclusiones...





"La utopía está en el horizonte...

Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá...
¿Entonces para que sirve la utopía?

Para eso sirve: para caminar..."

Eduardo Galeano.



12 feb 2009

Aprenderás. (William Shakespeare)

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.

Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada de frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer al vacío.


Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma... Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.


Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.


Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.

Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve...


Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...

Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.


Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel. Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo...

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.


Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.

Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.



Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!!!.



William Shakespeare...

3 feb 2009

La vida según Quino...

Pienso que la forma en la que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: Uno debería morir primero, para salir de eso de una vez.

Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no sos tan viejo para estar ahí. Entonces empezás a trabajar, trabajar por cuarenta años hasta que sos lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación.


Luego fiestas, parrandas, drogas, alcohol. Diversión, amantes, novios, novias, todo... Hasta que estás listo para entrar en la secundaria...

Después pasás a la primaria, y eres un niño que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo...

Luego pasás a ser un bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos nueve meses de tu vida, flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo...

ESO SI ES VIDA !!!

10 ene 2009

Solo...

El sonido del reloj empezaba a alterarme. El incesante tic-tac se metía en mi cabeza, arañando hasta el más oculto de mis nervios.
¿Por qué tuvo que ser así?

-solo...-

Me levanté y caminé con los brazos extendidos en la oscuridad de la habitación, hasta alcanzar el maldito aparato.

Entorné los ojos para poder leer los números... 4:30...

¿Cuánto había pasado - solo - desde la última vez que había dormido bien?
No creía que fuera mucho, pero para mí era demasiado.

Dejé el aparato nuevamente en su lugar, ignorando las ganas de destrozarlo contra la pared. Giré sobre mis pasos y volví a la cama, sabiendo de antemano que hoy tampoco podría dormir.

¿Qué había pasado?

No lo sabía. Los hechos ocurridos en esas últimas semanas giraban en mi cabeza, en medio de una espesa y gris nube de confusión.

Tal vez se debía a lo repentino de los hechos, tal vez sólo al cansancio, al miedo, o, lo que era más probable, a mi cobardía... Sólo otro truco cruel de mi cerebro, esforzándose por no ver la realidad.
Volví a levantarme, era inútil...

Caminé hasta su habitación, la débil luz de la luna llegaba a su rostro en un fino haz plateado que se colaba por la ventana.

Era hermosa...

La arropé un poco más, procurando no despertarla y seguí parado a su lado, apretando con fuerza los barrotes de su cuna.

Solo dos años, y completamente - sola...- indefensa...

Las imágenes de los últimos días se agolparon frente a mi ojos, como antiguas películas proyectadas en la fina pared de mis párpados cerrados...

-Laura en el piso, inconciente...
-La puerta de la sala de urgencias cerrándose en mi cara después de que un grupo de médicos y enfermeros cruzaran con mi mujer, apartándola de mí, de su hija, de su vida tal y como la conocíamos...
-El médico caminando hacia mí, y yo adivinando en su expresión que la noticia no era buena...
Un transplante -me dijo...- De corazón... Y demasiado urgente como para albergar esperanzas...

Abrí los ojos, ya había visto suficiente. Miré el rostro tranquilo y apacible de July, bañado por la luz de la luna... Tenía que hacerlo por ella.

Me estiré para besar la delicada y suave piel de su frente y salí de la habitación. Volví a la cama, sabiendo que la intención ya no era dormirme... Nunca más.

Me senté y encendí el velador. Abrí el último cajón y la saqué. Estaba cargada...

Laura tenía el mismo grupo sanguíneo que yo, y recordando el rostro tranquilo de July en su cuna, no entendía cómo había podido tardar tanto en decidirme.

Sólo tenía que llamar a una ambulancia, apoyar el caño en mi sien, y PAM! Listo, mi luz se apagaba y la de Laura, tan débil ahora, empezaba a cobrar intensidad otra vez.

Y con ella, el futuro de mi hija...

Alcé la mirada hacia el teléfono... Habían dicho que llamarían, pero ese maldito aparato jamás había sonado.

Recordé las veces en que lo descolgaba sólo para comprobar si había línea. Pero claro, eso era cuando aún tenía esperanzas.

En mi cabeza veía al helicóptero bajando sobre la terraza del hospital, y la valija en donde se encontraba la última esperanza de mi mujer siendo llevada por un hombre que bajaba corriendo del vehículo.

Una enfermera joven, inexperta, marcaba mi número, despertándome en la noche, para anunciarme que el transplante había llegado, que Laura se recuperaría, y así terminaría esta maldita pesadilla.

-"¡Tenemos el corazón!" - Decía la enfermera en mi cabeza - "¡Laura va a recuperarse!"

Pero eso sólo pasaba en mi cabeza... En la realidad, el maldito aparato nunca había sonado.

Ahora, en mi cabeza, solo había -soledad...- oscuridad... Y en el medio de esa espesa negrura, la vida de mi mujer desintegrándose más rápidamente de lo que me gustaría creer.

Dejé mi revolver a un lado, sobre el acolchado que ya no volvería a darme calor y caminé hasta el teléfono que ya nunca usaría, no después de esta llamada.

Levanté el auricular y extendí mi dedo índice hacia el teclado...

9... 1 ....

Suspiré... ¿De verdad pensaba hacerle eso a Julieta? ¿Y si el transplante llegaba y todo se solucionaba?

No. Ya había desperdiciado demasiado tiempo y la luz que en algún tiempo fue la radiante vida de Laura seguía apagándose...

... 1 ...

La voz monótona de una grabadora - la misma voz que aquella vez...- empezó a enumerar mis alternativas...

"Marque 1 para urgencias. 2 para consultas. 3 para turnos..."

- O cortá y dejá de pensar estupideces... - Murmuré a aquella irritable voz. Llevé un dedo vacilante a la primer tecla, borroneada por los años de uso.

La voz irritable cesó por fin- Igual que aquella vez...- y dio lugar- Igual que aquella vez...- a un tono de llamada. Esperé.

- Urgencias...

Era un practicante, seguro. La voz nerviosa con un claro tono de "¿Y ahora qué?" lo dejaba en evidencia.

- Soy Juan Pablo Galvez y voy a matarme -Dije, con voz clara y firme, como quién anuncia algo tan banal como que va a llover en los próximos días... – Avenida San Martín 4932.

Colgué, permanecí en silencio, -solo...- todavía con el auricular en mi mano sudorosa. Ya estaba hecho, ahora quedaba sólo un paso más...

Volví a sentarme en la cama, imaginando la ambulancia abandonando el hospital a toda prisa. Perfecto, mientras más se apuraran, mejor sería.

Tomé el revolver con ambas manos y cerré los ojos, mientras llevaba lentamente el arma a mi cabeza. Empecé a ejercer presión con mi dedo índice sobre el inestable gatillo...

- No!

La voz en mi cabeza gritó con tantas fuerzas que por un momento creí que había alguien más en la habitación. Aflojé la tensión en el índice y lo recordé... ¿Cómo podía haberlo olvidado? Bajé el arma y me estiré hasta la mesa de luz. Tomé el papel arrugado que había sabido ser apoyavasos y la lápicera con dibujos de Disney de July.

Escribí, con una irregular pero legible caligrafía, y dejando a un lado el papel, volví a tomar mi arma.

El contacto del frío caño sobre mi sien hizo que me estremezca... Ya estaba todo hecho, no había más excusas a las que recurrir.

Dejé de pensar... Tal vez si me hubiera detenido a hacerlo no hubiese apretado el gatillo...

Caí sobre mi costado, siendo extrañamente todavía conciente de lo que pasaba a mi alrededor.

De July llorando, asustada por el estruendo...

Del teléfono sonando...

Y, por último y prácticamente inaudible para mí, pero no tanto como para que no pueda entenderlo, una enfermera que le anunciaba a mi contestador, con voz jovial y excitada, que el corazón había llegado, y la operación ya estaba en marcha...


Y yo, desesperado por volver, me vi atrapado por completo en una inmensa oscuridad...


- solo...-


Y el papel, salpicado de sangre, dejaba entrever cuatro nerviosas y ahora inútiles palabras...



MI CORAZÓN PARA ELLA